sábado, 3 de abril de 2010

EL PROLETARIADO Y LA CUESTION SOCIAL


Surgimiento del Proletariado y la “cuestión social”: textos para trabajar en clase
1- Lee con atentamente los siguientes textos, todos ellos hacen referencia a la situación de los obreros en plena revolución industrial:

“En los primeros años del Siglo XIX, la jornada empezaba en las fábricas textiles de Nueva Inglaterra a las 5 o 6 de la mañana y termina a las 7:30 de la tarde… tal es el horario de todo operario, ya fuese éste viejo, hombre, mujer o niño. Se preocupaba frecuentemente estafar a los trabajadores. Una práctica muy común consistía en pagar en efectivo sólo parte de los jornales correspondientes y la otra en billetes que servían sólo para efectuar compras en los almacenes de propiedad del manufacturero…Otro uso (difundido) era el de retener el salario del obrero; trabajaba por espacio de un mes y se le pagaban sólo dos semanas, quedando siempre una mora de dos semanas…” Leo Huberman, “Nosotros el pueblo”, Ed. S/D Pág. 150


“Yo estaba entonces en la fábrica de Mr. Breid... allí se trabajaba en verano tanto como duraba la claridad del día y no podría decir a qué hora se paraba. Nadie, excepto el patrono y su hijo, tenían reloj, y no sabíamos la hora. Había un obrero que poseía un reloj, era un amigo, según creo, que se lo había regalado. Le fue confiscado y guardado por el patrono, porque le había dicho a los camaradas la hora que era.”Testimonio de un obrero de 1830 citado en “The factor movement” de Goodman, 1973

“La experiencia ha mostrado ya todo lo que puede producir el trabajo de los niños y la ventaja que se puede hallar en emplearlos tempranamente en las labores que son capaces de realizar... Si alguien se tomase la molestia de calcular el valor total de lo que ganan..., se sorprendería al considerar la carga de que exonera al país su trabajo, que basta para subvenir a su mantenimiento, y los ingresos que sus esfuerzos laboriosos y los hábitos en que son formados, viene a añadir a la riqueza nacional”.Opinión de William Pitt Discusión en las cámaras de Inglaterra sobre la asistencia Pública.

"Trabajo en el pozo de Gawber. No es muy cansado, pero trabajo sin luz y paso miedo. Voy a las cuatro y a veces a las tres y media de la mañana, y salgo a las cinco y media de la tarde. No me duermo nunca. A veces canto cuando hay luz, pero no en la oscuridad, entonces no me atrevo a cantar. No me gusta estar en el pozo. Estoy medio dormida a veces cuando voy por la mañana. Voy a escuela los domingos y aprendo a leer. (...) Me enseñan a rezar (...) He oído hablar de Jesucristo muchas veces. No sé por qué vino a la tierra y no sé por qué murió, pero sé que descansaba su cabeza sobre piedras. Prefiero, de lejos, ir a la escuela que estar en la mina."
Declaraciones de la niña Sarah Gooder (Edad: 8 años). Testimonio recogido por la Comisión Ashley para el estudio de la situación en las minas, 1842.

“Me situé en la calle Oxford de Manchester y observé las riadas de obreros en el momento en que abandonaban las fábricas... los niños tenían casi todos mal aspecto, eran pequeños, enfermizos, iban descalzos y mal vestidos. Muchos no aparentaban tener más de 7 años. Los hombres, de 16 a 24 años en general, ninguno de ellos de edad avanzada, estaban tan pálidos y delgados como los niños. Las mujeres eran las que tenían apariencia más respetable, pero entre ellas no vi a ninguna que tuviese un aspecto lozano, o bello. Vi, o creí ver, una estirpe degenerada, seres humanos mal desarrollados y debilitados, hombres y mujeres que no llegarían a viejos, niños que jamás serán adultos saludables. Es un triste espectáculo.” Informe Médico, 1831.

“...una sola máquina, atendida por una persona adulta y por cinco o seis niños, realiza el trabajo como de treinta hombres trabajando a mano según el sistema antiguo... La introducción de la citada máquina tendrá por consecuencias casi inmediata el privar de sus medios existenciales a la masa de los obreros. Todos los negocios serán acaparados por algunos empresarios poderosos y ricos... con dolor y en la más profunda angustia ven aproximarse el tiempo de miseria en el que cincuenta mil hombres, con sus familias, privados de todos los recursos... se verán reducidos a implorar la caridad de las parroquias.”Petición de los Obreros a los Comunes: Diario de la Cámara de los Comunes, 1794.

2- El siguiente texto hace referencia al llamado “maquinismo y la condición obrera o cuestión social”. Para complementar éste análisis te recomiendo, en primer lugar buscar la definición de aquellas palabras que aparecen remarcadas en el texto, y, en segundo lugar, buscar información sobre quien fue Karl Marx y cuál era su opinión con respecto a la cuestión obrera.
“El obrero pauperizado podrá consolarse pensando que sus sufrimientos son sólo temporales... pero allí donde la máquina va apoderándose poco a poco de la producción, es causa de la miseria crónica de las clases obreras, obligadas a competir con ella. Si la transformación es rápida, afecta a grandes masas y sus resultados serán más graves. La historia no ofrece tragedia más horrible que la destrucción de los tejedores ingleses, arrastradas durante decenios y finalmente consumadas en 1838. Muchos de ellos murieron de hambre, otros vegetaron con sus familias..., viviendo sólo con dos peniques y medio al día...
Donde la incidencia del maquinismo tiene consecuencias duraderas es en la calidad del trabajo. Karl Marx, testigo y crítico de estos cambios, fue consciente de la importancia del papel jugado por la difusión del maquinismo... El contraste entre la situación artesanal y la nueva realidad creada por las máquinas aparece analizado en el fragmento de ‘El Capital’ que reproducimos a continuación:
‘…en el oficio [en el taller artesanal], el obrero se sirve de la herramienta; en la fábrica se sirve de la máquina. En los primeros casos, el movimiento del medio de trabajo dimana del obrero, mientras que en el último es el obrero quien tiene que seguir al movimiento. En la manufactura, los obreros son miembros de un mecanismo vivo. En la fábrica existe un mecanismo independiente de ellos, al cual se incorpora como secuela viva. El triste tormento de un trabajo infinito, que repite siempre el mismo proceso mecánico, se asemeja al trabajo de Sísifo. El peso del trabajo cae, lo mismo que la roca, constantemente sobre el obrero extenuado.”
Juan Reglá Campistol, Prof. De la Universidad de Valencia “El Siglo XIX en Europa y Estados Unidos” Ed. Salvat, Madrid, 2004. Págs. 68 y 69.

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